En la actualidad, Argentina se enfrenta a un escenario de transformación económica que desde MAD entendemos se queda corta para lograr el objetivo de vivir en un país desarrollado de clase media como el que todos aspiramos. En esta discusión, la reciente visita de Dani Rodrik a Argentina es central para debatir sobre el futuro económico del país y el rol que debería cumplir el Estado para alcanzar un desarrollo sostenible y equitativo.
Rodrik es un renombrado economista y profesor de la Universidad de Harvard que desde hace mucho tiempo defiende la necesidad de políticas económicas desarrollistas, pragmáticas e inclusivas. En una visita a esa universidad, Horacio Rodriguez Larreta lo invitó a visitar Argentina entendiendo que estamos en un contexto crucial ante los desafíos económicos y de desarrollo actuales y que Rodrik puede contribuir a enriquecer el debate actual que se encuentra limitado a los beneficios del mercado y la desregulación. En sus trabajos, Rodrik propone cambiar significativamente la forma de abordar el problema del crecimiento económico, alejándose del dogma simplista del libre mercado hacia una comprensión más matizada del papel del estado en la promoción del crecimiento inclusivo.
Tres condiciones para conseguir el crecimiento económico
Fundamentos macroeconómicos: Es la condición sine qua non para cualquier política de crecimiento económico. Esto supone la existencia de políticas fiscales y monetarias estables, un contexto de políticas públicas amigables para el sector privado y una continua inversión en capital humano e instituciones.
Contexto global amigable para el desarrollo: Especialmente relevante para países como Argentina en vías de desarrollo. Implica acceso a mercados internacionales, a capitales y a tecnología de los países desarrollados.
Políticas gubernamentales pragmáticas, oportunistas y heterodoxas que estimulen la productividad: Refiere a la necesidad de la existencia de una variedad de políticas industriales diseñadas específicamente para el contexto de cada país.
Las tres condiciones señaladas suponen la existencia de un Estado inteligente, que coopera con el sector privado, ayuda a superar las fallas de mercado, provee servicios públicos e infraestructura de calidad. Es por lo que, en su visita, Rodrik destacó la intención del gobierno actual de controlar la inflación, pero recordó que muchos países de la región han logrado controlar la suba de precios, pero no han logrado conseguir un crecimiento económico equitativo y sostenible en el largo plazo. Esto es, la estabilidad es una condición necesaria, pero no suficiente para el desarrollo.
Estas características hacen necesario pensar una especie de Capitalismo 2.0 que se centra en la necesidad de pensar en mercados integrados. La premisa consiste en que los mercados no se crean solos, no se regulan solos, no se estabilizan solos ni se legitiman solos. Por lo tanto, los mercados tienen que estar integrados con una gran variedad de instituciones:
- Instituciones creadoras de mercado: derechos de propiedad, gobernanza corporativa, etc.
- Instituciones reguladoras del mercado: leyes antimonopolio, regulación prudencial que garantice la estabilidad y seguridad de las instituciones financieras, regulaciones de protección del medio ambiente, la seguridad, etc.
- Instituciones estabilizadoras del mercado: políticas macroeconómicas fundamentales como las políticas monetarias y fiscales.
- Instituciones legitimadoras del mercado: políticas redistributivas, instituciones democráticas.
Qué es la nueva política industrial
En sus diferentes intervenciones durante su visita tanto en ámbitos académicos (UBA-UTDT) como en MAD, Rodrik enfatizó la necesidad de no confundir la nueva política industrial con volver a la idea de industrialización por sustitución de importaciones (ISI) de los años 50´ y 60´. Señaló que quizás un nombre más apropiado para entender esta nueva agenda debería llevar el nombre de Desarrollo Productivo que promueve el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
La nueva política industrial supone un Estado que no sólo identifica fallas de mercado y ayuda a coordinar a los actores económicos, sino también se involucra en la dirección de la innovación y la provisión de bienes e insumos públicos que demandan las firmas para apuntalar su productividad.
Una buena política de desarrollo debe ser flexible y no estar enfocada en elegir “ganadores”, sino en tener la capacidad de identificar a los “perdedores”. No puede estar basada únicamente en políticas de subsidios o exenciones impositivas. Si bien en ciertos casos esas políticas pueden ser necesarias, deben ser momentáneas y complementadas asistencia técnica, infraestructura, apertura de mercados. Un subsidio no va a hacer más productiva a una empresa, sólo puede servir como un puente hasta que impacte el resto de los incentivos de la política industrial. Finalmente, es necesario derribar el mito de la industrialización. Rodrik señaló enfáticamente que el salto tecnológico implica que el sector de manufacturas no tiene capacidad de generar empleos y que la apuesta debe estar dirigida a incrementar la productividad del sector de servicios.
En otras palabras, la nueva política industrial podrá mejorar la productividad y crear empleos de alta calidad, si apoya sectores específicos y existe un plan estratégico, bien delineado y desarrollista.
Política industrial tradicional | Nueva política industrial | |
Fallas de mercado objetivo | I+D, innovación, externalidades de aprendizaje, fallos de coordinación en la inversión. | Las fallas tradicionales del mercado, más las externalidades de los buenos empleos, la dirección de la innovación y la falta de insumos públicos. |
Sectores | Manufacturas, sectores transables. | Fundamentalmente servicios además de manufacturas. |
Firmas | Grandes empresas competitivas a nivel mundial. | Empresas de todos los tamaños, incluidas las pymes. |
Supuestos sobre el gobierno | El gobierno puede identificar las fallas del mercado ex ante y está suficientemente aislado de la captura de los sectores. | El conocimiento sobre la ubicación y la magnitud de las fallas del mercado está muy disperso; el gobierno se enfrenta a una incertidumbre sustancial; La capacidad del Estado es endógena. |
Tipos de incentivos | Subsidios y excepciones impositivas | Un portafolio de servicios empresariales, que incluyen marketing, gestión y asistencia técnica, capacitación personalizada, infraestructura, capital inicial para tecnologías dirigidas. |
Aplicación de incentivos | Calendario fijo de incentivos, a excepción de los paquetes de incentivos para grandes empresas que pueden ser negociados. | Personalizado a las necesidades de las empresas y adaptado al contexto. |
Criterio de selección | Pre-especificado. | Aceptación y participación voluntaria. |
Condicionalidad | Criterios exante rígidos. | provisionales, abiertos al cambio y en evolución. |
Relación con los beneficiarios | Distante, sin mayor involucramiento. | Colaborativo, iterativo; gestión activa de proyectos. |
Teniendo en cuenta la historia de nuestro país, Rodrik fue enfático en no perder de vista la importancia de mantener un equilibrio entre el mercado y el Estado. Un Estado que llega a ser demasiado importante en la economía, destruye la competencia y la iniciativa privada. Un Estado que asume que el mercado se va a ocupar de todo, genera inestabilidad e iniquidad en la economía, y no hay inversiones de largo plazo e innovación. Es necesario conseguir una combinación virtuosa de ambos. Todos los países que lograron desarrollarse lo hicieron en base a una colaboración activa entre el sector privado y el Estado.
Contexto internacional
Si bien en Argentina estas ideas parecen fuera de contexto, Rodrik señaló que los países actualmente siguen una dirección compatible con las premisas de la nueva política industrial. La administración de Biden en Estados Unidos lo promueve de forma exitosa a partir de Inflation reduction act que motoriza el sector de la economía sustentable. La Unión Europea se encamina también a la implementación de políticas de desarrollo locales y China lo ha estado implementando desde hace varias décadas.
Hacia una sociedad más igualitaria
El camino hacia una sociedad más igualitaria requiere un compromiso con el crecimiento inclusivo y la justicia social. Rodrik instó a que reevaluemos la estrategia de desarrollo de Argentina, considerando que las políticas económicas deben diseñarse para reducir las disparidades y proporcionar oportunidades para todos los ciudadanos. Para eso es imprescindible: (i) asegurar sistemas de protección social; (ii) invertir en capital humano; y (iii) procurar que las ganancias económicas se distribuyan de manera equitativa. El Estado, argumentó Rodrik, tiene un papel crucial en la configuración de los mercados para crear resultados más inclusivos y equitativos. La política industrial, cuando se implementa de manera planificada y estratégica, puede ser una herramienta poderosa para fomentar un crecimiento sostenible.